Mientras ANCA celebra 50 años de avances en la tecnología de fabricación de herramientas, Edmund Boland, director general de ANCA CNC Machines, empresa australiana representada en España por Daunert, mira hacia el futuro en un plazo de 5 a 10 años.
¿Sólo una persona y un perro?
La vieja historia de la fábrica del futuro poblada por un humano y un perro -el papel del humano se limita a dar de comer al perro, mientras que el perro se encarga de mantener al humano alejado de la maquinaria- se acercará a la realidad en el rectificado de herramientas.
Como mínimo, según Edmund Boland, todo el proceso de producción estará conectado digitalmente, “desde la recepción de la materia prima, pasando por el paletizado, el grabado láser y la preparación de las piezas en bruto... hasta el rectificado de herramientas y cuchillas, la preparación de filos, el recubrimiento y el envío de los productos acabados”. Así, por ejemplo, cuando un trabajo concreto pase de la preparación del diámetro exterior a las rectificadoras de 5 ejes, las máquinas llamarán automáticamente al programa adecuado para terminar de rectificar las herramientas. Todo estará también vinculado al sistema ERP y MES de la empresa, lo que proporcionará “muy buenos análisis de datos, para ayudar a tomar las decisiones correctas y mejorar los procesos”.
Los procesos individuales, como el rectificado del diámetro exterior o el acabado con chorro, suelen estar muy automatizados una vez configurados. Por tanto, lo que diferenciará a las empresas prósperas, en opinión de Edmund Boland, es el grado de automatización de esos procesos y el grado de automatización de la transferencia de material entre estaciones.
“Un taller pequeño o mediano probablemente tendrá una persona que mueva y escanee físicamente, por ejemplo, un palé desde la máquina de OD hasta la máquina de 5 ejes. Pero digitalmente, la máquina de 5 ejes recibe un archivo que dice que está recibiendo estas piezas en bruto, y todo está vinculado con el sistema ERP. Lo mismo ocurriría si subcontrataran el recubrimiento. Digitalmente, envían esa información al recubridor, pero alguien mueve manualmente las herramientas de los 5 ejes al departamento de envíos. Mientras que, en un taller grande, un carro robotizado haría los movimientos físicos”. Este es el caso de los Sistemas Integrados de Fabricación (AIMS) de ANCA.
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