La industria juega un papel muy relevante dentro de la economía vasca, sobre todo si se compara con otros países o regiones. En consecuencia, es un sector que consume grandes cantidades de energía, por lo que se ha convertido en un foco de actuación imprescindible si se quieren alcanzar los objetivos de eficiencia energética planteados a nivel europeo. Tal y como recoge la Estrategia Energética de Euskadi para 2030, una de las áreas de actuación con más potencial es la mejora de la competitividad y la sostenibilidad de la industria vasca en términos de eficiencia energética.
La estrategia destaca como ámbito de especial interés la recuperación de los calores residuales que se producen en los procesos industriales y que actualmente no son utilizados. En concreto, hay un foco de calor que está siendo especialmente desaprovechado: se trata de la energía que emiten los elementos sólidos incandescentes, cuyo calor se pierde en el ambiente durante los procesos de enfriamiento. Este enfoque fue respaldado ya en los años 90 por un estudio conjunto elaborado por la Universidad del País Vasco y la Universidad Pública de Navarra1, en el que se analizaba el calor excedente generado por la industria vasca. Las altas temperaturas a las que se encuentran los sólidos incandescentes hacen que la radiación sea el mecanismo de transmisión de calor predominante a la hora de diseñar un sistema de captación de ese calor residual.
BEROA-GO, un proyecto pionero en recuperación de la energía
Si bien hasta ahora se han llevado a cabo proyectos para aprovechar el calor residual procedente de líquidos y gases, el caso de las piezas sólidas sigue siendo una asignatura pendiente debido a la dificultad técnica de recoger y transportar la energía recuperada. Frente a este reto, el proyecto BEROA-GO se enfoca precisamente en desarrollar un sistema capaz de captar el calor procedente de piezas incandescentes y destinarlo a nuevos usos.
A través de esta investigación, el equipo formado por investigadores de Tekniker y Tecnalia ha conseguido crear un sistema de captación de calor en fase prototipo para el que se ha realizado tanto una solicitud de patente conjunta, como un banco de pruebas localizado en las instalaciones de Tekniker. Este medio de ensayo permite ensayar prototipos con temperaturas de fluido de hasta 350ºC, emulando piezas incandescentes hasta 850ºC. El objetivo es que el calor captado pueda ser reutilizado para otros fines como la reutilización en otros procesos de la propia industria (mejorando su eficiencia global), generación de energía eléctrica o climatización, por ejemplo. Asimismo, también se ha evaluado el potencial de la tecnología en sectores como el de la siderurgia y el vidrio.
Tekniker, en concreto, ha aportado su experiencia en el diseño de equipos y sistemas térmicos, especialmente en aquellos que trabajan a alta temperatura y en los que la transmisión de calor por radiación es el mecanismo más relevante.
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