El exigente nivel de competitividad demandado a las organizaciones, junto con la situación de cambio continuo derivado de la apertura y globalización de mercados, hacen que las decisiones empresariales estratégicas más trascendentales (producto, mercado, tecnología) se tengan que tomar de manera cada vez más acelerada, siendo necesario contar para ello con información estratégica previamente analizada y filtrada de acuerdo a las estrategias de la empresa.
La Inteligencia Competitiva (IC) permite vigilar ese entorno exterior, identificar a tiempo los cambios que se estén produciendo en él, analizar la información y comunicar lo más relevante a los responsables correspondientes, para finalmente poder tomar decisiones de manera más eficiente. Se tienen en cuenta para ello los cambios producidos en el entorno (tanto macroeconómico como microeconómico) y la evolución de oportunidades, amenazas y riesgos en ámbitos tan dispares como mercados geográficos, sectores industriales, competidores, tecnologías, normativas o legislación.
Este artículo presenta la definición, diseño y contraste de un modelo de Inteligencia Competitiva. Para ello, previamente, se profundiza en una revisión que desvele los modelos, técnicas y métodos más relevantes, y permita identificar el estado del arte actual. Seguidamente, se presenta un trabajo de campo realizado entre la comunidad española de expertos en IC. Finalmente, se propone un modelo de IC, que contempla niveles, procesos y fases, acompañado de un esquema de variables o factores críticos de éxito. De este modo, el modelo IC ofrece un conjunto de pautas de innovación que permite a las organizaciones la adquisición de ventajas competitivas diferenciadoras y sostenibles.
Estado del arte y crítica
Empezando por el principio en las siguientes líneas se dibuja el estado del arte en la materia.
Definiciones
La Inteligencia Competitiva tiene varias definiciones. Según la SCIP (Society of Competitive Intelligence Professionals) es un proceso ético y sistemático de colección, análisis y diseminación de información pertinente, precisa, especifica, oportuna, predecible y activa, acerca del ambiente de negocios, de los competidores y de la propia organización. Sin embargo, hay otras definiciones que van mucho más allá y que nos pueden ser más cercanas.
“La virtud de la IC consiste en dar la información correcta a la persona correcta en el momento correcto para tomar la decisión correcta” (Porter).
En palabras de Gilad (1994), es el conocimiento del comportamiento de los competidores actuales y potenciales, con objeto de ayudar a los responsables en la toma de decisiones estratégicas.
Según Gibbons y Prescott (1996), la IC es el proceso de obtención, análisis, interpretación y difusión de información de valor estratégico sobre la industria y los competidores, que se transmite a los responsables de la toma de decisiones en el momento oportuno.
Finalmente, Fleisher y Bensoussan (2003) destacan la diferencia entre inteligencia e información, demostrando el carácter cíclico y dinámico de la inteligencia y la colaboración entre la dirección y los agentes de inteligencia. Afirman que el valor añadido del producto es resultado de la colección, evaluación, análisis de la integración y de la interpretación de toda la información disponible, que se refiere a uno o más aspectos de las necesidades de los ejecutivos, y que es inmediatamente o potencialmente significativo para la toma de decisiones.
Conclusiones de la revisión del estado del arte
No hay un método o modelo que sea mejor que otro. Todo depende del entorno, tipo de empresa y cultura organizacional de que se trate.
Existen numerosos modelos IC tanto relativos al proceso como a la fase de análisis. No obstante, los modelos IC organizativos o referentes a una unidad IC estructural son más bien escasos y también más recientes.
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