La revisión de la norma ISO 9001, que se prevé publicar a finales de 2015, conllevará una serie de cambios en las empresas. Por ejemplo, la nueva norma no incluye la cláusula en la que la alta dirección está obligada a designar un representante de la gestión de la calidad. Sin embargo, este cambio no significa que el papel del representante de la gestión de la calidad se convierta en algo superfluo. Como la nueva norma concede más responsabilidad a la alta dirección, la función del representante de la gestión de la calidad será más de apoyo. Los profesionales de TÜV SÜD conocen los nuevos requisitos a los que las empresas ya deberían empezar a adaptarse.
La nueva ISO 9001 espera que la alta gestión adopte un papel más proactivo en la gestión de la calidad. En un futuro, la alta dirección deberá tomar más responsabilidades para sistema de gestión de calidad más eficaz. En otras palabras, la alta dirección no solo proporcionará los recursos necesarios para un sistema de la gestión de la calidad más fiable y operativo, sino que también deberá asegurar la eficiencia y eficacia del sistema. Al igual que en la norma ISO 9001 anterior, la alta dirección se encargará de comunicar dentro de la organización la importancia de cumplir con los requisitos del cliente, así como de proporcionar los requisitos legales y administrativos. También se encargará de establecer una política de calidad y de asegurar la fijación de los objetivos de calidad. Sin embargo, no habrá cambios en los requisitos para llevar a cabo la revisión por la dirección y garantizar la disponibilidad de los recursos necesarios.
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