En vez de reinventar permanentemente los modelos de negocio, los pensadores lean regresan a los fundamentos básicos preguntándose por lo que el cliente percibe realmente como valor. El siguiente paso es introducir actividades creadoras de valor para un producto específico a lo largo de un flujo de valor, mientras se eliminan aquellas otras actividades que no lo añaden. Después el pensador crea un estado de flujo en el cual el diseño y el producto avanzan sin obstáculos y de forma rápida gracias a la acción pull (tirar) del cliente (en sustitución de la acción push de empuje del fabricante). Por último, cuando se han implantado el flujo y pull, este pensador acelera el ciclo de mejora en busca de la perfección.
Esta es, sin duda, la filosofía que precisan las empresas del sector del mecanizado que desarrollan su actividad en un mercado difícil y altamente competitivo.
Principios del Lean
El primer principio es la eliminación del Muda es una palabra japonesa que significa despilfarro. Más concretamente, toda aquella actividad humana que absorbe recursos pero no crea valor como: fallos que precisan rectificación, producción de artículos que ningún cliente desea y solo generan amontonamiento de existencias y productos sobrantes, movimientos de empleados y transporte de productos sin propósito alguno, bienes y servicios que no satisfacen las necesidades del cliente...
Taiichi Ohno, quien fue el ejecutivo de Toyota más acérrimo enemigo de los despilfarros, identificó los siete primeros tipos de muda. James P. Womack y Daniel T. Jones (autores de los libros “La máquina que cambió el mundo” y “Lean Thinking”) han añadido el último. La lista de muda es la siguiente: defectos (en los productos), sobreproducción de bienes no necesarios, existencias de productos esperando procesamiento o consumo adicional, procesamiento innecesario, movimientos (de personal) no necesarios, transportes (de productos) innecesario, y esperas (de los empleados debidas a que el equipo de procesamiento ha de terminar su tarea o a que se debe finalizar una actividad precedente). La última muda es el diseño de bienes y servicios que no responden a las necesidades de los clientes. Aunque Ohno formuló originalmente su lista para la producción física, la muda está por todas partes en la empresa, y cuando se aprende a observar se descubre que hay incluso más de lo que nunca se pudo imaginar.
Sin embargo, no hay que desesperar ya que todo mal suele tener su antídoto, y en la cosa del muda éste es el pensamiento Lean. Éste proporciona un método de hacer más y más con menos y menos (menos esfuerzo humano, menos equipamiento, menos tiempo y menos espacio) al tiempo que se acerca más y más a ofrecer a los clientes aquello que quieren exactamente.
El pensamiento Lean también proporciona un modo de trabajar más satisfactorio ofreciendo un feedback de los esfuerzos para convertir muda en valor. Y, en contraste con la reingeniería de procesos, proporciona un método para crear nuevo trabajo, en lugar de simplemente destruir puestos de trabajo en nombre de la eficacia.
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