El documento que el i-Talde de Innobasque pone a disposición de las empresas vascas, así como aquellas organizaciones y entidades que comparten el objetivo de promover la RSE, “es fruto del trabajo compartido de un equipo de personas convencidas de que estamos en el tiempo de las empresas socialmente responsables”. Se trata de la constatación de un cambio lento pero constante y continuo, en el modo de entender y gestionar las organizaciones, así como también la palanca en la cual asentar el modelo de desarrollo socioeconómico de Euskadi.
Para poder elaborar este documento, el i-Talde de Innobasque ha destinado recursos propios, se ha apoyado en la estructura de la asociación para la dirección y financiación del proyecto y, sobre todo, ha contado con la colaboración de más de 50 organizaciones que han respondido a un cuestionario diseñado específicamente para este informe.
La Responsabilidad Social Empresarial ha sido definida por la Unión Europea como “la integración voluntaria, por parte de las empresas, de las preocupaciones sociales y medioambientales en sus operaciones comerciales y sus relaciones con sus interlocutores (stakeholders)”. O, más recientemente, la ISO 26000 define la RSE como: “Acciones de una organización para tomar las responsabilidades por el impacto de sus actividades sobre la sociedad y el medio ambiente, donde estas acciones son consistentes con los intereses de la sociedad y el desarrollo sostenible; están basadas en el comportamiento ético, el cumplimiento de las leyes y diversos instrumentos intergubernamentales, y deben estar integradas en las actividades corrientes de la organización”.
Factores
Siendo cierto el valor de voluntariedad que siempre ha acompañado y acompaña a la RSE, multitud de factores y acontecimientos de carácter mundial están incidiendo en que la RSE represente para las organizaciones, tanto empresariales como de cualquier otra naturaleza, algo más que una integración voluntaria de preocupaciones.
Algunos de los factores más relevantes y llamativos en nuestro contexto socioeconómico que están interviniendo en su adopción como estrategia clave son:
- La necesidad de modificar los modelos de producción con el objetivo de consumir menos recursos fósiles y materias primas en general, cada vez más escasas y caras, así como contribuir a la reducción de emisiones contaminantes, lo cual en la práctica conlleva, normalmente en las actividades de producción de bienes y servicios, la obligación de cumplir con una normativa ambiental crecientemente más exigente y rigurosa.
- Una necesidad imperativa de ser competitivos con el producto o servicio que se ofrece al mercado, de modo que se pueda garantizar la sostenibilidad de cada proyecto empresarial. Dicha competitividad se obtiene gracias a la combinación de diferentes elementos, entre los que cabe destacar, por el papel clave que cumple, la innovación y la capacidad de generar nuevos productos y servicios que cubran nuevas demandas, lo cual lo hacen posible las personas que conforman las organizaciones.
- Una sociedad que progresivamente va asumiendo la necesidad de cambiar el patrón de crecimiento para incorporar los vectores sociales y ambientales al vector económico y poder, de este modo, medir el desarrollo de una sociedad en términos más integrales y no exclusivamente económicos. Esto significa que se están modificando las expectativas de la sociedad en general y la de los grupos de interés particulares de las organizaciones. Estos grupos de interés -inversores, Administraciones Públicas, clientes- son quienes paulatinamente quieren ver en las empresas y en los productos que fabrican y venden comportamientos éticos y sostenibles.
Estos y otros muchos factores están interviniendo en un movimiento silencioso, pero constante, que se está percibiendo en empresas, organizaciones y gobiernos que comienzan a entender la RSE como una apuesta estratégica, de modelo de empresa y de país más allá de un acto voluntario.
Un modelo diferente
Por eso se puede afirmar que la RSE no es cumplir con la normativa ambiental, laboral o del derecho local, nacional o internacional que afecta a la actividad de una organización o a las políticas de un gobierno. La RSE es una actitud, una visión de empresa y país y una apuesta por que el modelo económico que pueda seguir asegurando el bienestar deba ser diferente, reconociendo los impactos, intereses y expectativas de los diferentes grupos de interés.
La RSE vista desde esta óptica sirve a grandes, pequeñas y medianas empresas, a grandes, medianas y pequeñas organizaciones y a cualquier nivel de la administración. El documento muestra ejemplos de cómo se materializa la RSE en diferentes entornos, contextos organizativos y de mercado, y cómo valoran la aportación de valor a sus proyectos empresariales los protagonistas directos de la práctica empresarial socialmente responsable.
Esta última perspectiva es la que ha proporcionado la encuesta que se ha efectuado a una cincuentena de organizaciones que tienen integrada la RSE y que, por lo tanto, están en condiciones, no teóricas sino prácticas, de compartir con todas las personas que lean el informe sus vivencias, a través de la muestra de sus buenas prácticas, y opiniones en relación a lo que representa la RSE en sus proyectos organizativos-empresariales y en su futuro próximo.
Para poder ver el contenido completo tienes que estar suscrito. El contenido completo para suscriptores incluye informes y artículos en profundidad